Imagen extraída de "viajespertur.es"
¿Para qué voy a ir?
Cuando los pastores oyeron el mensaje y el canto de los ángeles, se pusieron en camino al establo de Belén, menos uno de ellos que dijo: “¿Para qué voy a ir? ¿No nacen cada día bastantes niños? ¡No voy!”.
De repente se sintió mal, y tuvo miedo que le sucediera algo ahora que estaba solo. Se dirigió él a Belén. Encontró a sus compañeros arrodillados ante el niño Jesús. Pero él no veía nada de extraordinario en aquel niño. “¿Por qué no veo en el Niño lo que vosotros veis?”. Preguntó. Sus compañeros le dijeron: “Para ver a Dios hay que tener un corazón generoso, y el tuyo es…”
- ¿Eres de corazón generoso?
- ¿Qué opinan los demás de tu generosidad?
“Él pide cosas insignificantes y promete en cambio grandes dones, tanto en este mundo como en el futuro, a quienes le aman sinceramente” (san Gregorio Nacianceno).
Julián Escobar.
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