Imagen extraída de "www.topmente.com"
¿Compartes lo tuyo?
¿En qué piensas cuando rezas el Padrenuestro?
Mira tus manos
No las escondas ni las metas en tus bolsillos.
Mira tus manos y pregúntate:
- ¿Para qué los uso?
- ¿Acaricio con ellas?
- ¿Les ofrezco al que veo caído?
Le pido a Dios “el pan de cada día” y Él me lo da, pero ¿le doy las gracias por dármelo? ¿Comparto mi pan con el hambriento?
Hay personas hambrientas de compañía, de afecto, de amistad, de educación…
- ¿Tu corazón y tus manos se los ofrecen?
- ¿Eres pan para alguien cada día?
Julián Escobar.
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