Imagen extraída de "1.bp.blogspot.com"
Una señora encontró a. un niño de siete años que llevaba en brazos a un recién nacido muy pesado. El chiquillo, parecía cansado, y sus delgados brazos no lo suficientemente fuertes para soportar el peso de la criaturita.
-¿No es demasiado peso para ti? - preguntó cariñosamente la señora.
-¡Oh no, señora! -respondió el buen muchacho ¡Es mi hermanito!
Se mostró muy sorprendido ante la idea de que su hermanito pudiese ser una carga para él.
Tal es el sentir de nuestro Señor Jesucristo para con nosotros. ¡Somos sus hermanos!
¿Le pesa a usted agradar a Cristo?
¿Soporta bien el peso de los defectos de su familia?
Julián Escobar.
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