¡Que nadie te quiete la alegría!
Decía Santa Teresita que es preferible callarse cuando somos menospreciados o juzgados por algo que no hemos hecho, que estar de continuo disculpándose. Estar continuamente disculpándose es una pérdida de tiempo. ¿Por qué? Si tú piensas, verás que, a quien le caes mal, por santo que seas, serás un demonio, y a quien de verdad le caes bien, no te pedirá cuentas por tus fallos.
Se necesita mucha fuerza espiritual para callar ante continuas insinuaciones provocativas. Las personas humildes son las más fuertes, pues prefieren ser Abel a Caín. Es preferible perder la tierra a perder el cielo. Si una acusación falsa, si una burla maligna, te roba la alegría, debes tener cuidado, alguien te está poniendo en tus manos la venganza, que es tristeza.
- ¿Te angustian los cotilleos?
- ¿Juzgas a los demás por apariencias?
- ¿Prefieres la alegría del perdón a la satisfacción de la venganza?
Julián Escobar.
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