El amor hace caminar, el pecado paraliza.
En sentido metafórico, existen varios tipos de parálisis: del alma y del espíritu. Parálisis de la acción: Una cabeza llena de proyectos, pero que no empieza a realizar ni uno, o se comienzan y no se terminan. Santa Teresa de Jesús decía que le infierno está pavimentado de buenos propósitos, de buenas intenciones nunca realizadas.
El pecado que es desamor, no amor a Dios ni al prójimo, paraliza la capacidad de hacer el bien.
Los médicos luchan contra las enfermedades y dolores, y la gracia divina erradica los males morales. Jesús le dijo al paralítico: “¡Ánimo, hijo!, tus pecados te los perdono”, y el paralítico se levantó y comenzó a caminar.
- ¿Por qué crees en la fuerza del Evangelio? ¿Lo has leído?
- No – respondió, pero lo he visto actuar. En mi pueblo había un hombre que era una bestia feroz. Ahora es el más pacífico y bondadoso. ¡Se convirtió al catolicismo!
- ¿Lees con frecuencia el Evangelio?
- ¿Te tienen secuestrado tus pecados?
Julián Escobar.
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