Imagen extraída de "2.bp.blogspot.com"
Para los casados y los que se van a casar.
¡Los sabiondos repelen!
Contra los maridos sabiondos. Ser sabios es bueno, muy bueno; ser "sabiondo" es pésimo, porque el sabiondo es soberbio. Kierkegaard decía: "El soberbio acaba consumiéndose a sí mismo como la bruja de la fábula, que acabó comiéndose su propio estómago". Ser “Sabiondo” es muy perjudicial para el amor, porque se cae en la idolatría al considerarse un dios. Las mujeres no quieren dioses, ni hombre con cabeza Biblioteca, ni loros repetidores de lo leído y visto. Quieren esposos con los que intercambiar opiniones, pareceres... ¿Se cree usted más "listillo" que su esposa? ¿Va por ahí presumiendo de lo que sabe?
Julián Escobar.
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