¡Alegres o tristes!
Ortega y Gasset habla de esos hombres “que cuando pierden la alegría, el alma se retira a un rincón del cuerpo y allí hace su guarida”. Pero, ¿por qué se pierde la alegría? Se pude perder por muchas cosas, en toda persona se alterna la alegría y la tristeza, pero lo bueno es no dejarse hundir por la tristeza.
Hay hombres tristes porque a su alrededor se han construido un muro que impide llegar a ellos cualquier canción o sonrisa, de personas y de ángeles.
Un hombre era dueño de un hermoso jardín donde los niños se juntaban para jugar y divertirse. El hombre, de corazón amurallado, rodeó su jardín con una gran pared. Ya no podían entrar los niños. Pero sucedió que las plantas y las flores empezaron a marchitarse. ¿Qué les sucedía? Consultó a un sabio que le dijo: Abre tu jardín a los niños y sus risas y quejas les dará vida a las plantas y flores. El hombre derribó el muro, los niños volvieron a jugar y reír, y todo el jardín volvió a su esplendor, con hermosura y fragancia.
Para que la alegría vuelva a nosotros hay que derribar muchas paredes, muchas cercas: Odios, celos, envidias… ¡No rodees tu vida con un muro!
Julián Escobar.
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