¡Justicia, justicia!
Melchor de Santa Cruz tiene un relato llamado “Justicias del rey D. Pedro”.
Un sacerdote de Sevilla mató a un zapatero de la misma ciudad. El sacerdote fue condenado a un año sin poder celebrar misa. El hijo del zapatero acudió al rey que se encontraba en Sevilla. El rey le dijo:
- Mata al asesino de tu padre y yo te haré justicia.
El día del Corpus Christi, en la procesión, el joven zapatero mató al sacerdote. Fue detenido y el rey preguntó: “¿Qué castigo recibió el sacerdote asesino? Un año sin poder celebrar misa. Pues yo castigo al joven asesino a un año sin poder trabajar de zapatero.
“Ojo por ojo, diente por diente”, era la ley del A. Testamento, y la que le gusta a la mayoría de la gente, menos cuando los agresores son ellos y buscan el perdón.
- ¿Eres partidario de la ley del “ojo por ojo”?
- ¿Aceptas que te hagan a ti lo que tú has hecho?
Julián Escobar.
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