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¡No contamine… corazones!
Todos se preocupan por la contaminación atmosférica, por los gases letales, y buscan remedios. Pero, ¿qué hacemos con los que contaminan mentes y corazones? ¿Qué se puede hacer para neutralizar a las personas tóxicas? Saturando el ambiente con comportamientos ejemplares. Nos lo dice san Pablo: “Ten cuidado de ti mismo” (1 Timoteo 4, 16). No contamines y no te dejes contaminar.
- Antes de hablar, escucha
- Antes de odiar, ama
- Antes de rendirte, lucha.
- ¿Es usted una persona tóxica?
- ¿Se cuida en no enturbiar el ambiente familiar?
“¿Con qué fundamento decís que Dios está presente en todas partes y yo no lo veo? Si existe, enséñamelo”. “Antes de presentarte yo a Dios, preséntame tú tu inteligencia. No todo se puede comprender. Así el hierro con el fuego se pone blando, pero si pongo un huevo al fuego se pone duro, y esto es así, aunque usted no lo vea ni lo crea”.
Julián Escobar.
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