- Manuel, ¿ha leído la noticia que viene en el periódico?
- No, ¿Qué noticia es?
- Dice: "Una mujer casada abandona a su marido y a sus hijos". Y da esta explicación: "Quiero ser feliz". ¿Qué le parece?
-¿Quién no quiere ser feliz? El mayor deseo de Dios, su sueño más hermoso es que sus hijos seamos felices. Y Dios ha puesto en el matrimonio muchas toneladas de felicidad.
- Pero es que un marido y unos hijos, es muy pesado. Y si no no era feliz...
- ¡No diga cosas raras! La sociedad está metiendo en la mente, a través de los ojos, que para ser feliz, hay que tener, comprar y consumir. Viajar sin ninguna preocupación... y miles de cosas más.
Esta esposa y madre es una egoistona: Para ser ella feliz... ¡hace a sus hijos infelices! Los hijos no son cualquier "cosa" como pasa con los chuchos que se llevan a la perrera cuando uno se cansa de ellos. Hay maridos energúmenos, pero... ¡los hijos! Un padre y una madre se supone que al serlo, estaban comprometidos a sacrificarse en lo que sea por los hijos.
Una cosa es no aguantar a un marido energúmeno, o maltratador y otra abandonar la familia "porque quiere ser feliz". ¿Los hijos no son parte importantísima de la felicidad de los padres?
¡No lo dude! El egoísmo anda suelto.
Julián Escobar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario