domingo, 29 de octubre de 2017

29 de octubre de 2017

Imagen extraída de "cde.peru.com"

Yo, Dios, te pregunto
- Manuel, ¿ha leído la noticia que viene en el periódico?
- No, ¿Qué noticia es?
- Dice: "Una mujer casada abandona a su marido y a sus hijos". Y da esta explicación: "Quiero ser feliz". ¿Qué le parece?
-¿Quién no quiere ser feliz? El mayor deseo de Dios, su sueño más hermoso es que sus hijos seamos felices. Y Dios ha puesto en el matrimonio muchas toneladas de felicidad.
- Pero es que un marido y unos hijos, es muy pesado. Y si no no era feliz...
- ¡No diga cosas raras! La sociedad está metiendo en la mente, a través de los ojos, que para ser feliz, hay que tener, comprar y consumir. Viajar sin ninguna preocupación... y miles de cosas más.
Esta esposa y madre es una egoistona: Para ser ella feliz... ¡hace a sus hijos infelices! Los hijos no son cualquier "cosa" como pasa con los chuchos que se llevan a la perrera cuando uno se cansa de ellos. Hay maridos energúmenos, pero... ¡los hijos! Un padre y una madre se supone que al serlo, estaban comprometidos a sacrificarse en lo que sea por los hijos.
Una cosa es no aguantar a un marido energúmeno, o maltratador y otra abandonar la familia "porque quiere ser feliz". ¿Los hijos no son parte importantísima de la felicidad de los padres?
¡No lo dude! El egoísmo anda suelto.
Julián Escobar.

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