No viva intentando causar sorpresa en los demás, sorpréndase a sí mismo haciendo de su corazón un banco de reposo de sus seres queridos.
Manuel gozoso me dijo:
- Ayer estuve en… iba con mi Isabel ambos distraídos, el conductor de una furgoneta tuvo que hacer un giro brusco para no atropellarnos. Paró la furgoneta y comenzó a gritarnos insultos y …
- ¡Con razón!
- Sí, con razón. Pero yo me hice un poco el loco, y en vez de responderle me acerqué a él y con cara de asombro y admiración le decía sin parar: ¡Qué voz tan armoniosa! ¡Qué voz! Tenía que haber sido cantante o recitador de poemas. ¡Dios mío, qué voz tan agradable!
- ¿Y él?
- Él fue aminorando en los insultos y ahora decía: “Usted es un loco o se está burlando de mí” Le alargué la mano para despedirme al tiempo que le decía: “¡Doy gracias a los dioses que me han otorgado escuchar una voz tan plácida a mis oídos!” Mi Isabel aplaudía desde la acera. El buen hombre se puso en marcha mientras decía: “¡Cuando se lo cuente a mi esposa seguro que no se lo cree!”.
- ¿Y por qué hizo usted esa pantomima?
- Porque al fuego hay que echarle agua, no gasolina. Al fuego no echarle más fuego, al enfado más enfado, a las discusiones más discusión. ¿lo hace usted?
Julián Escobar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario