Solemos decir: “Buenos días no de Dios”, y aunque lo decimos con buena intención, en sí es casi una ofensa a Dios, pues ¿Dios nos da malos días? ¿Dios siendo el supremo bien, puede darnos algo malo?
Dios nos da buenos días todos los días de nuestra vida. Más apropiado sería preguntarnos al levantarnos por la mañana:
¿Le daré yo un buen día a Dios? A Dios le damos un buen día cuando se lo damos a los demás.
¡Haz el propósito de no darle a Dios ni a los demás un mal día! Haz el propósito de darle a los que te rodean un buen día, un día tan bueno que sea inolvidable. ¡Haz el propósito!
Julián Escobar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario