¡Primero tus obras, luego tus palabras!
Hay bancos de alimentos, bancos de sangre, y mil cosas parecidas, pero, ¡no hay bancos de amor donde acudir cuando uno se siente hambriento de amor! Parece que cuanto más superávit de bienes materiales tiene una nación, más déficit tiene de amor entre sus ciudadanos.
Un amigo me decía: “¿Cómo podrán vivir las personas del tercer mundo con tanta hambre y sin psicólogos y psiquiatras?”.
Y yo le respondí con palabras de D. Miguel de Unamuno: “No es luz y más luz, como exclamaba Goethe, lo que necesitaba, sino calor y más calor todavía; ya que nos morimos de frío, pero no de oscuridad. La noche no mata; el hielo mata. Es el odio, el egoísmo y la mezquindad lo que mata el alma”.
Las palabras sin obras buenas, son puras mentiras, y las mentiras matan.
- ¿Eres un pequeño banco de afecto, de ayuda?
- ¿Eres calor de vida o frío de muerte?
- ¿Qué piensas de ti mismo?
Julián Escobar.
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